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lunes, 25 de julio de 2016

La Ley de la atracción, la magia de atraer lo que necesitamos

Según la Ley de la atracción, una energía emitida de una manera concreta atraerá otra energía idéntica a la proyectada. Es decir que las fuerzas naturales del orden se fundamentan en un magnetismo que nosotros generamos y proyectamos.

O sea que según esta creencia, nuestros pensamientos negativos o positivos toman la misma forma en su proyección y, como consecuencia, influencian nuestro entorno. En resumidas cuentas y simplificando esto podemos decir que nuestra mente y nuestros pensamientos tienen un gran poder que no siempre aprovechamos.

No obstante cabe destacar que el funcionamiento de la mente humana en torno a esta fuerza del universo carece de fundamento científico como tal; por ello, dependiendo de la manera en que se plantee, obedece más bien a una idea o leyenda acogida por la sociedad que uno puede o no creer.
 

Así, aunque no podemos plantear la Ley de la atracción como un concepto científico por el cual  se rige la psique, sí que podemos tratar de extraer aquí la importancia de permitirnos lo que merecemos para poder atraer lo que necesitamos.

Hacernos conscientes para atraer lo que necesitamos
Cada situación que vivimos día tras día, cada acto, cada pensamiento y cada emoción se proyecta en algo más grande que se convierte en un influjo o aura que envuelve nuestra vida.

Si constantemente tenemos pensamientos negativos, creamos emociones insanas y actuamos de manera acorde con ello, lo cual contribuye a perpetuar una atmósfera de acontecimientos perjudiciales.

De ahí la importancia de pararnos a pensar en el tipo de aire psicológico que generamos. Por eso es esencial que manejemos de manera responsable lo que deseamos, lo que nos permitimos y lo que buscamos conseguir.


“Mantén tus pensamientos positivos, porque tus pensamientos se convierten en tus palabras. Mantén tus palabras positivas, porque tus palabras se convierten en tus comportamientos. Mantén sus comportamientos positivos, ya que sus comportamientos se convierten en tus hábitos. Mantén tus hábitos positivos, porque tus hábitos se convierten en tus valores. Mantén tus valores positivos, porque tus valores se convierten en tu destino”.
-Mahatma Gandhi-


Lo que sentimos tiene su origen en el interior, no en el exterior
Hacernos conscientes de lo que nos merecemos y concedérnoslo nos ayuda a priorizarnos y a alcanzar aquellas cosas que necesitamos. Esto no es magia. Tampoco es el universo tejiendo leyes de atracción. Es algo más fuerte, la voluntad de nuestra mente para reconducir nuestra vida.

Así, con el objeto de liberarnos de las cadenas de deseos que nos tienen cautivos, merece la pena reflexionar sobre cómo convertirnos en la persona que deseamos ser. Descifrar nuestra voz interior nos hará libres.
Permitirnos descansar, luchar por nuestros sueños o amar como deseamos es lo que nos ayuda y predispone a la consecución de otros logros en escalada. Por ello es esencial que respetemos ciertos principios teniendo en cuenta lo siguiente:

Nunca dejamos de hablar con nosotros mismos. Ese diálogo interno es el que nos permite integrar y dar sentido a los hechos que acontecen a nuestro alrededor.
Aunque nos puede dar la sensación de que esos pensamientos tal como vienen se van, lo cierto es que se sucede una constante interacción entre ellos y cómo actuamos, cómo sentimos y cómo reacciona nuestro entorno.
Las consecuencias emocionales y de comportamiento se activan a partir de esas creencias o pensamientos que surgen en nuestro diálogo interno.
Las personas controlamos, en gran medida, nuestro propio destino sintiendo y actuando conforme a nuestros valores y creencias.
Así que si después de esta reflexión te planteas que tu vida no es como deseas que sea, es probable que necesites un cambio de perspectiva. Todo ello te conducirá a darte cuenta de que tal y como manejes tus riendas es como dirigirás tu vida y, por extensión, tu relación con el entorno. Entonces, partiendo de esa base, podrás comenzar a mejorarla.


https://lamenteesmaravillosa.com/la-ley-de-la-atraccion-la-magia-de-atraer-lo-que-necesitamos/#!kalooga-25126/~aceptaci%C3%B3n%20~Cambios%5E0.75%20~%22Ley%20de%20la%20atracci%C3%B3n%22%5E0.56

viernes, 22 de julio de 2016

Negros de mierda Por MARÍA DANIELA YACCAR

Una sola vez en mi vida le dije a alguien “negra de mierda”. Desde entonces, no soporto escuchar esa expresión.

Crecí en una torre de 14 pisos. Los edificios tienen la particularidad de que sus paredes son inertes: las vidas están todas mezcladas. Nadie respeta los horarios para hacer ruido, escuchás cantar al de abajo un sábado a la mañana, la de arriba te toca el piso – o sea, tu techo- porque está molesta porque vos hacés ruido, las voces de los vecinos llegan a tu mesa… Y todos saben todo acerca de todos. Si no lo saben, se ocupan de averiguarlo. Las relaciones toman inevitablemente un carácter familiar.

Los pibes y pibas estábamos siempre juntos, reunidos alrededor del Family, corriendo por los pasillos, jugando al cuarto oscuro en algún departamento o a la “comidita” con las pocas plantas que crecían en el estacionamiento. Contábamos con un patio de juegos con hamacas, tobogán, subibaja y arenero sin arena, entre otras atracciones, donde también jugábamos a distintas variantes de la mancha y a las escondidas. Era el respiro al que acudíamos como animalitos encerrados, hasta que empezaba algún programa como Los Simpson y no quedaba nadie.

Con una de las nenas nos odiábamos. Ella tenía una vida pretenciosa: ropa que aparentaba ser cara -aunque en realidad era de la feria de Larroque-, lo último en juguetería y una mamá parecida a Moria Casán. No sé cuántas Barbies tenía, pero eran muchas y las mejores. Era soberbia y antipática, también magnética y canchera. Yo, en cambio, me sentía demasiado frágil para este mundo. Cualquier cosa podía derribarme. Y tenía nada más que dos Barbies (con las que jamás jugaba).

Por esas diferencias de carácter, ella siempre salía airosa de las discusiones. Salvo una noche, en la que competimos por quién duraba más tiempo en la vertical pared. Aguanté. Y triunfé. Antes, sentí el odio materializado en cuatro piernas clavadas en una pared. El odio entre chicos es tan despreciable como el odio entre adultos.

Nuestros padres conocían nuestro odio. En realidad, todos, y parecía que se encargaban de alimentarlo. Un día, su madre me encontró en el dormitorio de una vecina -cuya casa era terreno de juegos- y comenzó a mascullar idioteces sobre mí: decía que yo era una mala y problemática nena. Yo lloraba sin parar, tirada en el piso. A la mujer poco le importaba. No paraba de hablar. Mientras, me observaba con lástima.

Yo sentía odio por mi vecina y al mismo tiempo lo minimizaba. Creía extrañamente que era “cosa de niñas”. El poder de las palabras ajenas.

Otra vez, me había “amigado” con su hermanita. Habíamos hecho un pacto para pasar una tarde olvidando rencores, y para compartir lo único que teníamos en común más allá del odio, que era una vecinita. Fuimos a jugar al patio, nos metimos en un túnel que allí había, y de pronto apareció su abuela, personaje funesto que yo ya había visto otras veces. Desde afuera del túnel, la mujer retó: “No, no. Con Daniela, no. Porque Daniela es más mala que una peste”. Así, detuvo el caudal de las emociones infantiles, tan ambiguas como las de los grandes, aunque a veces mucho más genuinas. Nunca más volvimos a jugar.

-Vos sos una negra de mierda- le vomité una noche a la piba, a la más grande, en el patio de juegos. El poder de las palabras ajenas.

Ella no dijo nada. Me miró a los ojos, devolvió un gesto triste, resignado; llamó a su hermana y subió a su casa.

Me vi en ese espejo que es la mirada del otro y me puse muy mal: sin saber del todo qué significaba, se me hizo evidente que lo que había dicho era grave. La piba nunca se había ido a su casa luego de una pelea. Y nunca había callado ante una agresión mía.

No me gustó que se fuera. No esperaba tanto.

No sabía que las palabras tenían semejante poder. Que podían herir así.

Mi propia flecha se volvió contra mí. Por eso, cada vez que escucho expresiones como “negro de mierda”, me duele. Porque siento que me lo dicen a mí.


http://www.nuestrasvoces.com.ar/a-vos-te-creo/negros-de-mierda/

domingo, 17 de julio de 2016

Mujeres contra mujeres, la trampa del patriarcado

Juliet Mitchell es psicoanalista y feminista, dos frentes que no terminan de amigarse pero cuya relación es inevitable para comprender la situación de las mujeres en la cultura.
 Fundadora del Centro de Estudios de Género de la Universidad de Cambridge, hace ya cincuenta años escribió el artículo que la ubicó entre las voces protagónicas de la segunda ola feminista: “Mujeres, la revolución más larga”. Y el tiempo le dio la razón, pues la igualdad de género sigue siendo una tarea pendiente que da pasos adelante y hacia atrás. Juliet visitó el país invitada por el Doctorado en Psicología y el Instituto de Humanidades de la UDP –con el patrocinio de Fondecyt– y Theclinic conversò con ella sobre los aciertos y errores de un feminismo que, según cree, necesita pasar a una nueva fase.

El feminismo ha rechazado al psicoanálisis debido a conceptos como la envidia al pene, la supremacía fálica, la anatomía como destino predeterminado. ¿Qué validez tendrían hoy estos conceptos?

–Son conceptos que hay que mirar de manera crítica, no como hace cuarenta años. Por ejemplo, la envidia al pene no es al pene, sino una representación de la envidia al poder. Y aunque se trate de una representación, desde el feminismo no se usa mucho. ¿Acá se usa esa expresión?

Como una ofensa se usa mucho. Bajo la expresión “te falta pico”, para acusar que una mujer está haciendo algo motivada por la amargura o la envidia.

–En ese caso se trata de mujeres haciendo lo que les place. Lo que ocurre es que cuando una mujer hace cosas que la igualan a los hombres, son ellos los que ven envidia.

¿Y de qué manera crees que el saber del psicoanálisis sobre el deseo inconsciente podría aportar al feminismo?

–Ayuda a comprender la repetición compulsiva por la cual, sea lo que sea que las mujeres ganamos, volvemos siempre a la posición de segundo sexo. Los seres humanos tenemos, junto a la tendencia de movernos hacia delante, una tendencia regresiva representada por la pulsión de muerte, esta pulsión conservadora de ir hacia atrás. Y el psicoanálisis sirve para comprender este impulso que nos lleva a mantener el statu quo y hace del cambio algo tan difícil.

¿La idea de que el psiquismo femenino se orienta hacia la pasividad es una forma de empuje hacia atrás? ¿O habría placer en el sometimiento?

–Esa posición femenina es algo disponible para ambos géneros, pero el problema es que siempre ha sido devaluada, denigrada. La segunda ola feminista apuntaba a que los hombres también pudieran disponer de su lado pasivo. La pasividad tiene un rol positivo en las relaciones, para poder comprender al otro. Por ejemplo, ¿cómo comprender el llanto de un bebé si no es a través de la pasividad frente a esa acción?

Pero a las mujeres nos cuesta seguir viendo la pasividad como algo tan positivo. ¿Se puede aspirar a un amor sin pasividad?

–Todos queremos ser sujetos y no objetos, es legítimo que las mujeres queramos estar del lado de la actividad y no del objeto pasivo. Ahora, si ninguno de los géneros tiene apertura a ponerse del otro lado, se pierden la posibilidad y los beneficios de entender al otro, y se cae en mirarse sólo a uno mismo. Necesito pasividad para entender cómo te sientes, es importante para el amor. Pero ha sido devaluado por asociarse a un grupo social oprimido, las mujeres.

¿Crees, por ejemplo, que las mujeres para acceder al poder necesitamos masculinizarnos?

–Sería muy interesante que nadie tuviera que tener poder. Porque el poder siempre se ejerce sobre otro, nunca es algo neutral. Por eso es que nunca logramos estar demasiado felices. Es una lástima que todos busquemos poder.

Sobre mujeres con poder se dicen cosas como que Dilma es una inepta, Cristina K. una histérica, Bachelet alguien que se mueve por intuiciones.

–Son típicas denigraciones sexistas, que no tienen que ver con ellas como mandatarias. Es decir, las tres pueden cometer faltas como cualquiera, pero ese tipo de críticas son de género. Por lo demás, usar la intuición no es algo negativo. La intuición no es algo que caiga del cielo, viene de la experiencia.

¿No serán víctimas de explotar justamente esas habilidades blandas, cercanía, empatía?

–¿Y por qué no? ¿Cuál es el problema con eso? Si esas habilidades permiten entender ciertas situaciones, está bien. Pero se las atribuyen como faltas por el hecho de ser mujeres. ¿Has visto el nuevo gabinete de Brasil? ¡Compuesto sólo de hombres, como el de Corea del Norte!

Al mismo tiempo, se ponen de moda las nuevas primeras damas, como la Sra. Macri, la mujer de Temer en Brasil o la esposa de Trump. Todas mujeres bellas y jóvenes que se muestran subordinadas a los deseos masculinos.

–Es triste y es de cierta forma una traición al género. Porque ellas permiten ser usadas, objetivizadas, para ponerse en contra de otras mujeres. Es como un esclavo usado para atacar a otros esclavos.

¿Crees que el deseo de jugar a ser objeto de deseo, por ejemplo en la seducción, sería algo criticable?

–Hace muchos años tuve una intensa discusión sobre eso. El punto es cómo ser irónica en usarlo. Si necesitas cambiar la rueda del auto, pues usa tu encanto si eres una bella chica. Pero si eres una mujer sin encanto, ¿qué vas a usar? Es decir, sólo un pequeño grupo de mujeres puede usar eso. No digo que sea algo malvado, pero de todos modos es una forma de jugar en contra de otras mujeres.

Algunas mujeres dicen temerles a las feministas, se sienten criticadas si juegan a sexys o se depilan, porque las acusan de “regalonas del patriarcado”.

–Eso es profundamente antifeminista. El feminismo implica no estar en contra de otras mujeres. Definir cómo tiene que ser una mujer cierra el futuro. Y en esta revolución no sabemos qué va a ser un hombre y una mujer, es un futuro abierto. No podemos definir una posición ideal.

De hecho, a los transgénero se les permite jugar más con el imaginario femenino. Pero el rechazo a las mujeres parece venir tanto de hombres como de nosotras mismas.

–Ese es mi punto principal, y por eso la revolución de las mujeres es la más larga: la definición de ser una mujer, socialmente, es una definición oprimida en sí, es una definición negativa con relación al hombre. Se la define como objeto, por tanto no puede ser sujeto de su propia historia. Como el caso de la mujer agredida a la que le sacan los ojos: ahí se trata de que su cuerpo le pertenece al hombre. Ese es el corazón de la misoginia y de que lo que se entiende como “diferencia entre los sexos”: la objetivización de las mujeres entre los límites de una definición. Habría igualdad si todos pudiéramos ser sujetos activos y pasivos dependiendo del contexto, pero el punto es que para las mujeres parece algo definicional. Por eso las mujeres también denigramos a otras mujeres.

¿Cómo se entiende que algunas mujeres rechacen un movimiento a favor de ellas?

–Estuve hablando con una mujer exitosa, joven, atractiva, que decía no ser feminista. Pero al preguntarle qué haría en determinadas situaciones que no eran las suyas, reconocía que entonces lo sería. Ella no necesitaba ser feminista porque para ella la liberación ya estaba dada. Pero estaba en una posición temporal que pocas mujeres pueden tener, y si fuera vieja y fea, seguramente pensaría distinto. Entonces lo importante es que, si vas a ser parte de una élite por sólo cinco minutos, mejor no uses tu posición en contra de otras mujeres.

DE VUELTA A LA CASA

Se habla de una tendencia a la hipermaternidad. Una que lleva al extremo la “teoría del apego” del psicoanalista John Bowlby, promoviendo la lactancia extendida y el colecho. ¿Podría ser una nueva trampa o es una apropiación de la maternidad?

–¡Es un trampa total! Pobre de esa madre y de ese hijo. Probablemente nunca Bowlby estuvo tanto tiempo con sus hijos. Es idealizar una maternidad enloquecedora, nadie puede desear estar con un hijo las 24 horas, el bebé llora, no deja dormir. Esto empuja a negar lo que una mujer realmente puede sentir en la maternidad. Se trata de nuevo de la mujer como objeto, en este caso a través de esa maternidad idealizada. Naturalizar la maternidad es una cuestión ideológica. Es interesante, porque esto va y viene. En los tiempos del Flower Power apareció esto mismo, incluso en una parte progresista del movimiento.

Pero, al menos acá, parece políticamente incorrecto criticar a unas madres que defienden este ideal con furia. ¿Por qué esta tendencia retorna?

–Puede estar relacionado con la economía. La historia muestra que se promueve que las mujeres salgan a la calle a trabajar en tiempos de recesión o de transición económica, porque son mano de obra barata. Luego pasan a ser reserva trabajadora y se las devuelve al hogar. Bowlby planteó sus ideas en la posguerra, en tiempos donde las mujeres volvieron a casa. Hay que mirar siempre a la economía para ver qué está pasando con las mujeres.

¿Y por qué lo aceptamos, incluso gratamente?

–Porque para la mayoría la experiencia laboral no es demasiado grata: malos sueldos, malos trabajos. No hay igualdad en el trato, ni en los honorarios, ni en el trabajo. El hogar resulta un lugar más idealizado. Pero toda idealización tiene su contraparte, la denigración. Seguramente estas madres ideales del apego son la imagen de una élite, en cambio a la mujer pobre se le diría que salga a trabajar ya que mientras amamanta a uno tiene a otros hijos muriendo de hambre. Es una posición peligrosa, de un grupo reducido que es usado en contra de otras mujeres. Es la misma lógica que describíamos a propósito de las nuevas primeras damas.

Tenemos un gran problema si las mujeres actuamos en contra de nosotras mismas.

–Si el feminismo se trata de algo, es de decirles a las mujeres que no permitan ser usadas en contra de otras. Y esto ocurre cada vez que las mujeres usan su posición de privilegio olvidando que la mayoría no son eso. Mira en el metro cuántas calzan con la madre de Bowlby o con el tipo de amante de Trump. El patriarcado opera no sólo con la oposición de hombres contra las mujeres, sino también, de manera crucial, poniendo a mujeres contra mujeres. Tal oposición socava cualquier posibilidad de protesta de las mujeres contra su posición. El feminismo debe ir en esa vía: incluso las que no lo necesitan, las mujeres aún bellas y jóvenes, deben apoyar a las oprimidas. Es decir, el feminismo se trata fundamentalmente de promover la solidaridad entre mujeres. No se trata de querer a todas las mujeres, sino de solidarizar. No atacar, pero sí mostrar cuando una mujer permite ser usada por el patriarcado en contra de otras. Allende en su último discurso agradece en primer lugar a las mujeres, como grupo oprimido que apoya a otros grupos, esa es una señal muy potente. Pienso que se requiere de un nuevo movimiento.

¿Otro movimiento?

–Falta teorizar las posiciones de hombres y mujeres en esta nueva fase, en la que se ha incrementado la igualdad y esto parece ser una amenaza. Y la situación estructural de la mujer como objeto resiste. Necesitamos entender las repeticiones que vivimos. Por ejemplo, entender por qué los femicidios. Este punto es muy importante, y siempre aumenta cuando hay una situación económica complicada. Engels ya hacia esta observación por ahí por 1840: cuando la clase dominante, en este caso los hombres, pierde su estatus, ataca a las mujeres, ya que suponen que éstas no pueden estar en una mejor posición que ellos. Hombres humillados, sin trabajo, vuelcan su violencia hacia las mujeres. Es muy importante que exista una legislación fuerte en estas materias, ya que a mayor crisis, más violencia de género. Debiéramos estar muy atentos a eso, porque está empeorando. En este momento hay una muy mala posición para las mujeres, y quizás por eso viene esta compensación de las madres de Bowlby: volver a casa como señal de la precaución que debemos tener ante el aumento de la violencia. La idealización del hogar es sólo la distracción. En la historia esto pasa una y otra vez. Estaba presente en los años 50 y 60 y ahora está volviendo.

fuente: www.theclinic

http://www.cuartopodersalta.com.ar/mujeres-contra-mujeres-la-trampa-del-patriarcado/ 

jueves, 7 de julio de 2016

Holanda se convierte en el primer país sin perros abandonados sin sacrificarlos

Holanda (Países Bajos) es un país que siempre lleva la delantera en iniciativas que van hacia un paradigma sustentable y hacia un mundo consciente en el que los derechos de todos los seres vivos sean respetados. Fomentando el ciclismo, invirtiendo en energía solar y fortaleciendo sus políticas en contra del cambio climático, suele ser un ejemplo para todas las naciones.

Hoy, nuevamente es noticia, porque Holanda se convirtió en el primer país sin animales abandonados. Lo más importante es remarcar que lo ha hecho sin sacrificar a ningún animal ni recluirlos en perreras.

 La problemática de los animales domésticos abandonados no es muy tenida en cuenta por los gobiernos del mundo. Existen pocas excepciones, como las multas de hasta 30 mil Euros que España estableció hace pocos meses para quienes abandonen a un perro.

Por eso, el caso de Holanda merece no solo ser celebrado, sino también analizado para comprender cómo lo hizo y qué hace falta en nuestros países para poder imitar este ejemplo.
 

¿Cómo lo logró?
 

El plan de Holanda para que todos los perros tuvieran un hogar contó con cuatro ejes:

Concientización

Sabemos que toda norma puede ser transgredida, por eso las leyes no sirven de nada si no se acompañan por un trabajo de concientización. Holanda trabajó para que su población entendiera el maltrato animal como un crimen tan grave como el maltrato a las personas. En Holanda y en Inglaterra, los animales de compañía tienen derechos equiparables a los de los humanos: ha habido, incluso, casos en los que recibieron en herencia los bienes de sus dueños.

Leyes y multas

Las leyes holandesas son muy duras con quienes abandonan perros. Las multas por abandono llegan a los miles de euros y se pueden recibir condenas no excarcelables de hasta 3 años por hacer daño a animales de compañía. Esto garantiza que cualquiera que esté pensando en dejar a un perro en la calle, lo piense dos veces.



Campañas de castración masivas, gratuitas y obligatorias

A pesar de la concientización y de las multas para impedir que se siguieran abandonando mascotas, el problema de Holanda era que sus calles ya estaban pobladas de perros abandonados. Esto se debió en gran parte a que "la moda" llevó a que los ciudadanos compraran perros de raza en lugar de adoptar. Por eso, era necesario impedir que los perros que ya vivían en la calle y no encontraban hogar se siguieran reproduciendo. El gobierno asumió el costo de las castraciones y organizó campañas de castración masivas para esterilizar a los perros de la calle y de los refugios, y para que quienes tienen mascotas puedan esterilizarlas de forma gratuita. A diferencia de las leyes más duras de otros países, en los Países Bajos no es obligatorio castrar a todos los animales que no sean de raza.

Impuestos altos a la compra de animales de raza

Parte del problema de Holanda era que las personas no adoptaban perros callejeros porque éstos no eran de raza, y en cambio compraban animales "puros" en los criaderos. Se establecieron altos impuestos a estas compras para desalentar el negocio alrededor de la vida de los animales y fomentar que quienes realmente deseaban la compañía de un amigo perruno adoptaran a un perrito sin hogar.

FUENTES:
El Estadoscopio
Proyecto 4 Patas
Mis Animales
IACRO

http://www.labioguia.com/notas/holanda-se-convierte-en-el-primer-pais-sin-perros-abandonados-sin-sacrificarlos 

miércoles, 6 de julio de 2016

¿QUE CUÁNTOS AÑOS TENGO?



Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.

Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos y las ilusiones se convierten en esperanza.

Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada. Y otras un remanso de paz, como el atardecer en la playa.

¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones rotas…
Valen mucho más que eso.

Atrévete a ser tú mismo cada día de tu vida

¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta!
Lo que importa es la edad que siento.

Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.

¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!
Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento.

-José Saramago-

Entre la niñez y la vejez hay un instante llamado vida

No te lamentes de envejecer. La vida es un regalo que no todos tenemos el privilegio de disfrutar. Es un frasco de suspiros, de tropiezos, de aprendizajes, de placeres y de sufrimientos. Por eso, en sí misma, es maravillosa.

"Y también por eso es imprescindible aprovechar cada momento, hacerlo nuestro, sentirnos afortunados. Acumular juventud es un arte que consiste en hacer que importe la vida de los años más que los años de vida. En definitiva, hacer que nuestra existencia tenga sentido.No resulta tan esencial si sumamos canas, arrugas o si nuestro cuerpo nos pide tregua cada mañana. Lo que verdaderamente es relevante es crecer porque, al fin y al cabo, cumplir años es inevitable, pero envejecer es opcional."



 No te lamentes de envejecer, es un privilegio negado a muchos!!!

http://rincondeltibet.com/blog/p-no-te-lamentes-de-envejecer-4455

martes, 5 de julio de 2016

LA PERSONALIDAD PSICOPÁTICA

El Psicópata, posee una personalidad, que sin llegar a ser una enfermedad mental, es anormal. Se la diagnostica, según el DSMIV (Manual de diagnóstico de Psiquiatría) dentro de los Trastornos de Personalidad, como un TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD.


Dentro de esta categorización, podemos encontrar un amplio espectro y por lo tanto, grados diferentes de manifestación, desde “el criminal”, hasta una persona aparentemente integrada al entramado social, que trabaja, estudia, tiene hijos, familia. Pueden ser compañeros de trabajo, de estudio y esto los hace especialmente peligrosos ya que el otro, posible víctima, se encuentra más vulnerable porque no hay señales externas que alerten y permitan una actitud defensiva.

La característica principal de estas personas es que tienen anestesia afectiva, no sienten culpa, por lo tanto, ellos no son los que sufren, pero sí las personas de su entorno. Las emociones que sí pueden sentir son cólera, ira o tristeza, cuando las cosas no son como ellos quieren.
Solo los mueve su propio interés y para llegar a ello, que es obtener dominio y poder sobre su ambiente, pueden llegar a simular, “no a sentir”, amor, compasión, solidaridad, ternura, sentimientos de amistad, sólo hasta conseguir sus objetivos. Cualquier estrategia es válida para llegar al máximo placer del psicópata que es anular la voluntad del otro para explotarlo, atacarlo y demostrar su superioridad y su desprecio hacia su víctima, ya sea en el área laboral, de sus relaciones personales, sexual, etc. Esta es su esencia.

Algunos actúan su psicopatía en ciertos lugares más que en otros. Por ejemplo: Manifiestan toda su patología dentro del ámbito familiar, donde sus parejas y sus hijos son las víctimas, siendo para el afuera, personas encantadoras.

Al psicópata, se lo ha denominado “loco moral” o “loco sin delirio”, poseen capacidad de juicio conservada, saben la diferencia entre lo que está bien o mal, pero no les importa, esos límites no son para ellos.

A continuación, transcribo una serie de criterios para catalogar al Trastorno Psicopático de la Personalidad (Hare, Hart y Harper 1991)

1) Locuacidad y encanto superficial
2) Autovaloración exagerada – Arrogancia
3) Ausencia total de remordimiento o culpa
4) Manipulación ajena y utilización de la mentira y el engaño como recurso
5) Ausencia de empatia en las relaciones interpersonales
6) Problemas de conducta en la infancia
7) Conducta antisocial en la vida adulta
8) Impulsividad
9) Ausencia de autocontrol
10) Irresponsabilidad
11) Estilo de vida parásito
12) Conducta sexual promiscua
13) Falta de objetivos realistas y a largo plazo
14) Necesidad de estimulación constante y tendencia al aburrimiento.
15) Diversas relaciones matrimoniales de corta duración.
16) Conductas delictivas

Este cuadro como todos los Trastornos de Personalidad se caracteriza por ser sus rasgos inflexibles y crónicos, no es modificable ni por experiencia ni por aprendizaje, puede disminuir en la adultez a partir de la cuarta década de la vida. Para realizar un diagnóstico preciso es necesario diferenciarlo de otros cuadros como Esquizofrenia o Episodio Maníaco, Trastorno Narcisista, Límite o Histriónico de la Personalidad.

Estas personas no suelen concurrir al tratamiento por voluntad propia, sí los familiares o personas del entorno que lo padecen y que son los que pueden lograr beneficiarse, solicitando ayuda terapéutica.

Lic. Silvana Santoro
Centro de Psicología Clínica, Laboral y Forense


http://www.cpcba.com.ar/personalidad_psicopatica.html 

Aún No Es Suficiente???????