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sábado, 31 de mayo de 2014

Pitbulls


La evolución debería ser la transformación de hechos y acontecimientos para el progreso y una mejor vida futura, pero en muchos casos pareciera que el ser humano se empeña en involucionar en todos sus aspectos. Es por eso que en tanta escalada de violencia e inseguridad cotidiana los acontecimientos se precipitan en un dominó constante. Esta inseguridad y violencia que a muchos le sirve como negocio a otros le coarta la libertad y muchas veces les cuesta la vida.
Hoy tenemos que lamentar la muerte de un niño y un perro por la única e irrefutable responsabilidad de un ser humano que lucrando y canalizando sus miserias desencadenó un hecho irreparable.
A tomado voz populi que este individuo exacerbaba la agresividad de sus perros para beneficio propio.
Desde que comenzamos con MI VIDA POR UN PITBULL no hemos mas que visto al Pitbull como víctima de maltrato, abuso y abandono en cada uno de los rescates que hemos participado y no como al perro peligroso que cotidianamente se lo encasilla y estigmatiza.
Es muy sugestivo ver como un perro que fue perro de granja por mas de 100 años en los Estados Unidos, casi el perro nacional de ese país, donde en casi todas las casas había uno de ellos, fue figura protagonista en series televisivas de las años 50, sirvió como perro de guerra y hasta fue condecorado “Sargento” a fin de la segunda guerra mundial, también considerado “perro niñera” por sus aptitudes y actitudes hoy es mostrado casi como un ser endemoniado.
Llevo mas de 20 años conociendo y tratando esta raza, he tenido en mis brazos perros rescatados de riña con cicatrices hasta el alma pero que jamás dejaron de demostrar la gran sensibilidad y buena predisposición hacia el ser humano, característica principal que hace a un PITBULL. Nuestros rescatados provienen en su mayoría de situaciones de riesgo, desde ulceraciones, quemaduras, mutilaciones, puñaladas hasta disparos de armas de fuego y NUNCA… JAMAS hemos recibido de parte de ellos, una sola muestra de agresividad, es más nos ha sorprendido el equilibrio emocional que tienen en su mayoría aún de los provenientes de centros de Zoonosis catalogados como “mordedores”.
No en vano participa en actividades tan delicadas como la terapia asistida de niños discapacitados y autistas. También como perro de rescate y en infinidad de tareas en las que el hombre se lo requiera.
Desde mi humilde lugar, siempre voy a defenderlos, a protegerlos y a cuidar su nombre delante de quien fuera. Mi amor por ellos es una fiel copia de el amor que supieron darme incondicionalmente. Hoy el dolor nos cubre a todos los que amamos a estos seres espectaculares, que necesitan mas que nunca de nosotros. Seamos lo que ellos merecen que seamos, dueños responsables.
Eduquemos los de manera coherente y disfrutemos de su infinita nobleza.
Evolucionemos
Alfredo Luna- Mi vida por un pitbull-
Fundador de mi vida por un pitbull-


D.A.A.S

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